Después de un mesecito más bien tranquilito, volvimos a la carga. Esta vez, como no podía ser de otra manera por esta fecha, tocaron los carnavales. Después de descartar los de Tenerife ( no había pasta para tanto...) reservamos nuestra plaza en el autobús para Cádiz. Con alguna baja que otra, al final nos fuimos a la aventura Pajarillo, Mario, Alberto, Largo y un servidor. Nuestro disfraz, por supuesto, el más original XD. ¿De qué ibamos? Pues la verdad es que ni nosotros lo sabemos muy bien, juzgar vosotros mismos.
El viaje se nos hizo bastante ameno, ya que a partir de las 12 empezo la fiesta en el autobús, y a eso de cantar y liarla no nos gana nadie. Desde el primer momento en que pisamos tierras gaditanas nos dimos cuenta de que aquello era una locura, cientos y cientos de personas por todas las calles por donde fueras, todo el mundo cantando, bailando, haciendo botellon...vamos, que no nos costo demasiado integrarnos jajaj Eso es lo mejor de todo, el buen rollo que hay, a pesar de la multitud de gente que había, apenas vimos las típicas peleas de borrachos. De todas formas, y por si las moscas, siempre llevabamos a mano nuestras cacharras... Yo personalmente el año que viene espero repitir, y espero que esta vez vaya sin fiebre, porque este año he ido un poco malillo. Proximo destino: Fiesta de la Primavera!
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