lunes, 17 de enero de 2011

Dando una vueltecica por Turín


Una de las últimas aventuras comenzó un tranquilo día en la Universidad. Como de costumbre, no entramos a clase (nos sabiamos ya esa lección...) y, despues de nuestro correspondiente desayuno de atún con sajonia, fuimos a culturizarnos a la biblioteca. Como no nos gusta estar rodeados de tanto libro, fuimos directamente a la sala de ordenadores, y entre tuentis y tuentis, nos dio por ver que ofertas nos ofrecía ryanair. Así, en cinco minutos, teníamos tres vuelos para Turín.
¿Que por qué Turín? Ni puta idea. Pero para allá que fuimos. Con doscientos kilos de ropa engachada al cuerpo, aterrizamos en Italia. Y como la suerte siempre premia a los valientes, nada más montar en el autobús para ir al centro de la ciudad, conocimos a María, una chica almeriense que estuvo ahí el año pasado. Nada más llegar, conocimos lo mejor de Turín, los aperitivos. Por 10 euros comías todo lo que querías. Pobres italianos...no nos conocían. A partir de ahora se lo pensarán dos veces antes de dejar entrar a más españoles. Seguimos con nuestra buena racha, y encontramos alojamiento en el mejor hotel de la ciudad, el Gran Hotel Bolonia. Alli tuvimos la suerte de conocer a nuestra querida Paola, y nuestro buen amigo Tony. Nunca olvidaremos sus consejos...y sus grandes explicaciones de cinqueterre. Y como todo no podía ser trabajar, gracias a María, pudimos ver la noche turinesa. Lapsus, Murrazzi, y, como no, Chalet. Nada más entrar ya sabiamos que el "run" nos iba a liar. En cuanto a la ciudad, muy guapa, yo personalmente no había entrado a más museos en mi vida. Y a la hora de comer, no podemos olvidarnos de Giorgo y sus obras de arte, si no llega a ser por él...creo que hubiesemos pasado bastante hambre.
Y después de una semanita, vuelta para casa. De regreso conocimos a una chica muy guapa, aunque creo que a algunos le gusto más que a otros...él ya sabe por quién lo digo, espero tu comentario jaja Por último, visita al primo de Alberto en Madrid, y a hacer noche en Barajas. Por cierto, como no podía ser de otro modo, nos tocó al lado un niño cabrón que no nos dejó dormir en toda la noche, así que nos levantamos bastante tempranito. Nos tomamos un cafelillo, ayudamos a un chino que habia por allí perdido, y corriendo para el avión, porque nos despitamos y ya se nos iba. Al final, todo bien, así que pronto habrá que volver para allá. Forza Italia.

1 comentario: